5 diciembre, 2024
agente del caos

Una reseña de Rubén Mesías Cornejo

Norman Spinrad (New York, 1940), un veterano narrador forjado durante la psicodélica década de los sesenta no ha dejado de lado su labor creativa, pese a los continuos conflictos que le han enfrentado con las casas editoriales norteamericanas. Hoy, a los 75 años cumplidos, demuestra una estimable capacidad de adaptación a los cambios producidos en el ámbito de la ficción especulativa.

agente del caosDesde el principio de su carrera como escritor profesional, su debut se produjo en las páginas de Analog en 1964. Spinrad dio a sus escritos una forma desinhibida y bastante irreverente como para llamar la atención de los editores. Un lustro después, su novela INCORDIE A JACK BARRON (BUG JACK BARRON, 1969) conocería el oprobio de una masiva censura en los mercados inglés y australiano debido a la explicitez de sus escenas de sexo.

Pero ese escándalo vendría luego. En 1967 Spinrad todavía era un devoto de la parafernalia de la space opera (novela de aventuras espaciales), pero no se conformaría con ser un epígono más, pues las variantes que introdujo en sus libros huían de las tramas románticas que habían acaparado la atención del sub-género, para interesarse en desarrollar situaciones más dialécticas y temporales. Todo ello narrado con un lenguaje funcional y directo. AGENTEs DEL CAOS (AGENT OF CHAOS, 1967) ejemplifica la senda experimental elegida por Spinrad, a través de una historia de acción, cargada de mucha adrenalina narrativa.

Quien lea esta novela descubrirá el complejo trasfondo que late detrás de los cambios revolucionarios que se producen en una estructura social en crisis. En este contexto la Hegemonía del Sol, producto de la fusión de los Estados Unidos con la extinta Rusia Soviética, gobierna tiránicamente a los nueve planetas del Sistema Solar, mientras sufre el acoso terrorista de una organización paramilitar, la Liga Democrática, que ingenuamente anhela el retorno de las libertades civiles que la Hegemonía ha suprimido en aras del bienestar común.. El azaroso combate entre ambas facciones es continuamente interferido por la Hermandad de los Asesinos, una entidad político-militar, cuyo máximo objetivo es destruir el Orden, representado por la Hegemonía y su contraparte opositora, la Liga.

Los sutiles mecanismos que utiliza la Hermandad para concretar sus planes van desde sembrar la discordia entre los principales miembros del Consejo Hegemónico hasta el empleo del contraterror para inutilizar los atentados que la Liga intente ejecutar, en un desesperado esfuerzo por llamar la atención de la masa, los protegidos de la novela, aparentemente domesticada por el aparato publicitario y represivo de un régimen que pretende haber construido el mejor de los mundos posibles

Un detalle singular de este libro es su carácter exegético, es decir, cada capítulo está concebido como el desarrollo interpretativo de un tratado de Gregor Markowitz LA TEORÍA DE LA ENTROPÍA SOCIAL, cada epígrafe sirve de fundamento, en la ficción, a las acciones emprendidas por Robert Ching, el máximo jerarca de los Hermandad de los Asesinos, para estimular el predominio del Caos sobre el Orden. Una esperanza que el Spinrad de los 60 compartía plenamente.

Como obsequio por haber leído hasta aquí, aquí os dejamos el relato en cuestión, en PDF:

Agentes Del Caos

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