Después de hablar del primer videojuego que tuve en la NES de Nintendo, me parece apropiado hacerlo del primero que tuve en la Super NES.
En realidad, el año que mis padres me regalaron la consola que los anuncios llamaban “el cerebro de la bestia” (cosa que no se entiende muy bien qué quiere decir) resulta que esta venía en un pack que incluía dos de los mejores juegos que existen: el mismo Super Star Wars y el Super Mario World.