Dedicado a Miguel Hernández, inspirado en Las desiertas abarcas.

Tradiciones

La triste mirada de Marcos era la tragedia misma hecha mirada. Pasaba hambre, no tanto sed, pero sí mucha hambre en aquel barrio malditamente pobre. Pero no era esto lo que en su cabecita minúscula pesaba como un yunque. Era otra cosa.