El poeta estúpido

Él solo escribe para llamar la atención. Su objetivo no era ser considerado como uno de los poetas más destacados del país. Utiliza  su oficio como un modo de sex appeal, ya que frecuenta  los mejores bares para seducir a las chicas, pero ellas ni bola le dan. Él, todo terco, insistía en que le hablen o que se dejen seducir. Llega a un punto donde él se pone agresivo y pesado, pero como moneda de cambio, recibe unas buenas bofetadas. Saliendo decepcionado, ebrio y molesto, pasa por la calle Quilca para recitar ante aficionados al arte y la vida bohemia. Al recitar, uno de los aficionados lo pifia, causando que el poeta estúpido utilice su violencia como arma de defensa. Sin embargo, entre patadas, golpes e insultos, lo dejan tirado mientras, bañado de sangre, agoniza y llora.