La Xbox 360 fue la primera consola que por fin compré con mi propio dinero. Para cuando lo hice, la consola llevaba ya unos cuantos meses a la venta, pero yo esperé hasta el verano de 2006 para comprarla con el deslumbrante Prey, el primer juego, de todos aquellos que se prometían para la consola de Microsoft, que realmente había llamado mi atención en las fotografías de las revistas.