21 diciembre, 2024
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¿Qué le pasa a la industria y al público de los videojuegos? En fin…

No he jugado nunca antes a ningún Uncharted, en parte porque en la generación de la playstation 3 yo lo que tenía era una xbox360. Pero anda que no he oído a mi hermana y mi primo hablar sobre lo buenos que eran, sobre todo “Uncharted 2: Among Thieves”, y la emoción constante y siempre en ascenso de cada una de sus entregas. Eso cuando no leía por casualidad titulares de la prensa online del tipo “el mejor juego de la historia” (quizá no eso exactamente, pero del estilo, ya me entendéis). Con Uncharted 4 ha pasado lo mismo, y (ahora sí, literalmente) los titulares a veces son “el mejor juego de la historia”. Como diría Jack Burton: “¿Pero qué pasa?”

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Así me sentí yo: un arma en la mano y pesadumbroso de frustración.

Como no le tenía cariño a la saga ni me llamaba especialmente la atención, pese a tener una playstation 4 estaba ignorando por completo el último y retrasadísimo juego de la saga que durante años e incluso tras su lanzamiento la prensa especializada ha ido vendiendo como la segunda venida de Jesucristo. Pero mi hermana, la de antes, que se había jugado todos, me lo regaló en mi cumpleaños, esperando que yo lo pasara tan bien como ella con los anteriores. Lógico. Y es de agradecer.

El juego no es malo ni mucho menos, ni le tengo especial aversión. De hecho me lo acabo de terminar (ayer, al momento de escribir esto) y estoy a punto de recomenzarlo en más dificultad, además porque soy de los que creen que los juegos buenos se disfrutan más una vez que los conoces enteros. Así que al menos no me dieron ganas de dejarlo a medias como sí me pasó varias veces con el “Metal Gear V” (otro que tal baila, con respecto a la prensa y el público ciego, pero eso sería para su propia reseña), pero el problema elemental con “Uncharted 4” es justo lo opuesto: él fue el que me dejó a medias a mí.

Hay paisajes mucho más impresionantes que este… espero que te guste mirar porque poco más vas a hacer.

Dejando de lado la calidad gráfica y sonora, y el bien escrito guión de una historia que no tiene ni giros ingeniosos ni nada especialmente interesante que no implique lo visual como golpe de efecto, el juego, ¿en qué consiste? Sobre todo, en pasear. Al parecer, la directora y guionista original de los juegos anteriores, Amy Hennig, se largó cagando leches por algún motivo, y del juego se encargaron los directores de “The Last Of Us”… Y se nota. Porque “The Last Of Us” sí que lo he jugado, varias veces, en sus crecientes dificultades y explorando para conseguirlo todo. Me gustó, está muy cuidado también. Pero como juego, es igual. No tanto, no tanto. Otro juego de pasear.

Son ambos (ya para qué hacer diferencia entre ellos) juegos de escaparatear, de pasearte por bellos escenarios realizados con un detalle obsesivo en el arte y el diseño. Pero a la hora de jugar, los momentos de acción son espaciados y realmente cortos. Y si ya lo eran en “The Last Of Us”, aún más me lo han parecido en “Uncharted 4”, sobre todo cuando mis familiares me llevan vendiendo durante años la saga como algo que debía experimentar sí o sí. Y coño, ha estado bien, pero no es un juego especialmente rejugable ni divertido, y ni mucho menos memorable. Los tiroteos son tan breves que no da tiempo a disfrutarlos ni a hacerse con el control a la manera de matar a los enemigos de maneras ingeniosas, porque se te acaban antes de meterte en harina, de llegar a desatarte en el frenesí; las partes de saltos son guiadas, con elementos visuales evidentes para que no te pierdas. Y si alguna vez mueres, en unas situaciones u otras, es más por no saber qué hacer en un momento determinado que porque el juego en sí sea difícil. Tampoco tiene enemigos finales, hay algún enfrentamiento memorable por espectacular, pero casi todo consiste en correr o en resistir hasta que salte la secuencia de pulsar los botones en el momento concreto. Me han gustado más dos o tres de los puzzles que salpican la historia, que eran más ingeniosos que el constante mover cajas para subir a sitios. Pero ya está. No hay jugabilidad real, salvo apenas en los tiroteos, y no te deja el propio juego disfrutarla como merece.

Una muestra de la tónica constante del videojuego.

Mi hermana me preguntó que qué tal el juego, hace unos días, que si estaba bien o sólo era portento gráfico (porque sabe que es algo cada vez más habitual en los videojuegos). Y le dije que estaba bien, pero que no hacía más que saltar, que apenas había habido acción; eso se lo dije cuando pensaba que me quedaba la mitad del juego, y dos días después, se me terminó. Cuando empezaba a emocionarme por la creciente crispación y tensión entre los personajes protagonistas y los posicionados como villanos, creyendo que los cada vez más espectaculares tiroteos y persecuciones irían todavía a más y a más, coge el juego y se me acaba. Con un lánguido epílogo, que, quizá, a los que conocen toda la saga y aman sus personajes les haya podido emocionar, pero que a mí me ha sonado a tomadura de pelo. Es decir, el juego es como una traición a aquello que llevo años escuchando que era la saga, y termina precisamente como si renegara definitivamente de ese espíritu y aclarara, encima, que nunca va a regresar. No lo entiendo. Y no termina de gustarme. Este estilo de juego enfocado a pasear y escuchar conversaciones no me gusta, por muy bien escritas o interpretadas que estén. Esto no es cine, y a decir verdad yo mismo tengo muchas historias mejores y mejor escritas que esta.

charlas

No sólo hay charlas en coche o paseando; también las hay sentaúcos.

Vamos, no me jodáis. O sea, tengo que ver por internet la crítica general de prensa y público a “Resident Evil 5” y “Resident Evil 6”, de los que soy un enamorado, sí, pero que son juegos que tienen acción de principio a fin y con unos sistemas de control que estimulan la perfección del jugador, divertidos y rejugables tanto en sus modos de historia como en los complementarios (yo no juego multijugador online, ni lo necesito), y que gozan de apartados técnicos sobresalientes, indiscutibles, y encima reclamándoles que ya no son como los originales, que han dejado de lado el espíritu de la saga; y sin embargo, el muermero desarrollo de “Uncharted 4”, falto de diversión y que se contradice a sí mismo en el final, es perfecto, una obra maestra de los videojuegos. No, no. Está claro, gente, que no tenéis ni puta idea. Que habláis por hablar. Dudo que nadie se pase años rejugando a este último “Uncharted”, como yo lo hago con “Metal Gear Rising” o los “Resident Evil” del 4 al 6. Sois unos puñeteros hipócritas, que os dejáis engañar por una industria cada vez más enfocada al consumo rápido de productos de verano como “Uncharted 4”, juegos que el dinero hace decir que son geniales y que por tanto deben vender mogollón. Pero que tras un par de veces, como mucho, cuando ya dejan de impresionar los gráficos novedosos, nadie volverá a tocar (hablo de este, mi hermana sí que rejuega los que tiene, el 1 y el 2, que supongo son juegos de verdad).

Sois la mayoría unos borregos y “Uncharted 4” es la mejor prueba de ello. Un juego al que se le han metido una buena cantidad de talentos y de curro, no se lo niego, pero que se olvida del jugador, joder. ¿A qué estamos?

Y no pasa sólo con esto, los videojuegos. La gente se traga lo que les venden las grandes empresas, o lo que les dicen en foros o páginas que es bueno. Los blogs hablan de las obras más famosas sólo para elogiarlas y ser parte del fenómeno, y sólo cuando están de moda, claro, no van a hacerlo cuando ya ha pasado… Y da igual que a veces sean resultonas como “Uncharted 4” o auténticas mierdas como “No Man’s Sky”.

 

El veredicto para “Uncharted 4” es este: Un “The Last Of Us” pero con personajes más simpaticos.

Que es lo mismo que decir: paisajismo conversacional.

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