En Historias Pulp estamos enamorados de nuestros lectores, por eso queremos recompensar su fidelidad con esta entrada especial de San Valentín.
Hubo un tiempo en que firmar con nombre español era poco glamuroso, casi cutre, y los escritores se ponían pseudónimos anglosajones como si todo lo que fuera extranjero significara calidad. Eran los días de los Bolsilibros de Bruguera, cuyo auge duró hasta mediados de los 90.