En 1975, la editorial argentina INTERSEA decidió lanzar al mercado libresco una colección de novelas de ciencia ficción en rústica, con unas portadas vistosas y si se quiere hasta psicodélicas , a la que denomino “Azimut” que se nutrió principalmente con títulos de autores estadounidenses que habían empezado su carrera literaria entre los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado en las revistas de fantasía y ciencia ficción de su tierra natal.