Como cualquier buena historia, The Evil Dead (1981) de Sam Raimi (Posesión Infernal, Diabólico, El despertar del Diablo, Muerte diabólica según en qué país) comienza como la típica película centrada en un grupo de parejas jóvenes con ganas de pasar un fin de semana en un entorno rural. Un comienzo como cualquier otro… pero con un desarrollo y un final que, tanto en su momento como en la actualidad no dejan indiferente a nadie. Desde luego, verla con once o doce años, como fue mi caso, me produjo alguna que otra pesadilla.