No sé qué me sucede hoy, una punzada en el pecho detiene la marcha de mi corazón y de mi quehacer.
Mi cuerpo se derrumba sobre el suelo, como si una bala perdida por ahí me hubiera herido.
Ahora me parece estar levitando en una especie de cielo.
Me siento ligera, ingrávida como los astronautas en medio del cosmos, como los espíritus en trance de abandonar sus cuerpos.
¿Estaré muerta?