Confieso que el título de entrada no me gustó y si no hubiera sido por el tráiler, donde se muestran escenas fragmentadas del grandioso Daniel Kaluuya (Chris) quizá no hubiera ido al cine. Estaba claro, el director no era un consagrado del terror, el título me recordaba a la inefable Déjame entrar, insulsa y aburrida como ella sola, y no había leído una sola crítica sobre esta película. Pero vi a ese hombre con esa expresión de terror verdadero en su rostro y dije, merece la pena, simplemente por ver su actuación.
Pero fue mejor que eso. Los actores, sublimes todos y cada uno de ellos; un guión original como nunca antes había visto en el terror; una banda sonora excepcional; una fotografía que ayuda a interiorizar las sensaciones, sentimientos, emociones y terror del protagonista; y un trabajo de dirección que bien mereciera el Óscar (por decir algo que indique lo que me ha gustado esta propuesta).
Diré que hacía muchísimo tiempo que no me había impactado una película emocionalmente tanto como esta. Casi me resultó difícil seguir en la sala de cine sin salir corriendo gritando: “¡déjenme salir!”, traspasar la oscuridad dándole golpetazos a todo el que se pusiera por delante y correr hasta que mis fuerzas no me dejaran dar un paso más. Y es la primera vez que una película hace que sienta ansiedad, ansiedad hasta el punto de dolerme el pecho. Esto es cine con mayúsculas.
Aquí la ficha de Filmaffinity
Título original: Get Out Año 2017 Duración: 103 min. País: Estados Unidos
Director: Jordan Peele Guión: Jordan Peele Música: Michael Abels Fotografía: Toby Oliver
Reparto:
Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones, Lyle Brocato, Ashley LeConte Campbell, Marcus Henderson, LilRel Howery, Gary Wayne Loper, Jeronimo Spinx, Rutherford Cravens
Productora: Blumhouse Productions / QC Entertainment
Género Intriga. Terror. Thriller | Thriller psicológico. Racismo. Familia
Sinopsis:
Un joven afroamericano visita a la familia de su novia blanca, un matrimonio adinerado. Para Chris (Daniel Kaluuya) y su novia Rose (Allison Williams) ha llegado el momento de conocer a los futuros suegros, por lo que ella le invita a pasar un fin de semana en el campo con sus padres, Missy (Catherine Keener) y Dean (Bradley Whitford). Al principio, Chris piensa que el comportamiento “demasiado” complaciente de los padres se debe a su nerviosismo por la relación interracial de su hija, pero a medida que pasan las horas, una serie de descubrimientos cada vez más inquietantes le llevan a descubrir una verdad inimaginable. (FILMAFFINITY)
Sé que los gustos sobre la temática de las películas inclinan mucho la opinión al respecto. Yo creo que esta película es terror realista como “La Visita” de M. Night Shyamalan. Sin contenidos fantásticos. Son hechos que entran dentro de una realidad posible y humana, demasiado humana. Y es que en esta película se trata un tema muy sensible como es el racismo pero desde una perspectiva completamente nueva, delirantemente revolucionaria.
“Admirar lo odiado” es la frase que, desde mi punto de vista, definiría el trasfondo de la propuesta de este director.
Por supuesto, en este caso voy a hacer spoilers aunque la película merece ser disfrutada de principio a fin por uno mismo, pero para argumentar que esta película es una genialidad, y que será un antes y un después dentro del cine de terror realista, debo contaros algunas cosillas: solo contaré lo más relevante.
La historia comienza con una pareja feliz de jóvenes. Ella es blanca y él negro. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, todo empieza a ser un tanto “molesto” cuando el joven le plantea a su chica una pregunta muy bien traída:
“¿Saben tus padres que soy negro?”
Ella se muestra un tanto ofendida pero a un mismo tiempo comprensiva. La situación de él ya, en ese momento, es agobiante pues solo llevan cuatro meses saliendo y ella quiere presentarle a sus padres, una familia acomodada que vive en una zona residencial.
Sus distintas procedencias sociales se muestran claramente durante toda la cinta. Todo se torna extraño, casi kafkiano, desde el momento uno de su llegada a la casa de Allison Williams (Rose). Los padres parecen simpáticos y se declaran abiertamente antirracistas pero muestran excentricidades, algunas de ellas tan desagradables, y que acaban siendo tan molestas, que cualquiera, sin el aguante de Chris, ya en esos momentos se hubiera planteado irse de allí. Para añadir más extrañeza a la situación los sirvientes de la casa son todos afroamericanos. Parece que están cohibidos, secretamente maltratados, o que sufren algún tipo de amenaza. Sus conductas son extrañas, bizarras incluso.
A estas alturas de la película uno ya ha sufrido mucho junto a Chris. Las maledicencias del padre, las rarezas psicopáticas del hermano, la conducta expectante de la madre que es psiquiatra psicoanalista, y la impasible conducta de Rose crean un ambiente para el protagonista y, junto a él, el espectador, tan horrible como insoportable…
Después todo se vuelve una pesadilla abominable. Chris no podrá escapar de ella fácilmente. Nadie ha logrado escapar nunca de allí. Y el argumento se va deslizando hacia el espectador de manera sutil pero firme, con escenas en las que Chris va encajando indicios, pero indicios que no entiende como prueba de lo que allí se está cometiendo hasta mucho después. La especulación recorre el argumento todo el tiempo, y cuando conocemos la verdad, el porqué de los hechos atroces, entonces no damos crédito a lo retorcida y perfecta que es la trama. Y lo peor, es que es posible, quizá no así, quizá no con la misma explicación pero sí, nos damos cuenta de que es posible. Entonces es cuando nos dan arcadas.
No dejaré de mencionar al personaje secundario más interesante de los últimos años, “Lil Rel” Howery amigo del “prota” que intuye lo que va a pasarle a Chris desde el minuto uno. Y es que la intuición en él es algo natural que ha desarrollado por su “especializado trabajo de guardia de seguridad”.
El final apoteósico, propio de las mejores pelis de acción, me gustó por mostrar violencia explícita y dura pero ajustada a lo terrible de los hechos vividos por Chris. Os aseguro que le ayudaríais.
Chris es adulado, en un momento de la película, por el hermano de Rose, mostrándole admiración por su fortaleza física y diciéndole que sería capaz, si entrenara, de acabar con todos ellos… “por la boca muere el pez”.
¡¡Es cine SUPER GUAY!!
Aquí os dejo el enlace del tráiler de la película. Disfrutad de esta gran obra del cine.