Este es mi relato para el concurso de Zenda, Historias Día de los Muertos, espero que aporte un poco de magia y de horror a vuestras vidas. Y sin más… ¡que comience la función!

EL RITUAL

Achaparrado, agreste y de casas coloreadas con azuladas paredes; de ocres fachadas, o verde olivo militar, de portadas encaladas de un blanco puro; de calles rectilíneas, en una cuadrícula casi perfecta en medio de la nada silenciosa, al pie de unas colinas que fueron montañas. Montañas peladas que encierran, en sus brunas profundidades, no solo tesoros minerales sino que atesoran antiguas leyendas que con el sucesivo devenir de los años fueron transformado a los habitantes de la zona hasta convertirlos en lacayos de un temor recóndito. Así era Naica, mi pueblo natal.