La paja en el ojo ajeno, por Elmer Ruddenskjrik

Era un día gris, uno de cielo encapotado por espesas nubes que amenazaban una lluvia pesada y duradera. En la calle hacía algo de frío, lo que favorecía que la gente, adoctrinada por el gobierno, se sintiera aún más inclinada a respetar la extenuante cuarentena. Ella aprovechó la desolación callejera de aquella hora, las cuatro…