Daniel Verón En la lejanía, envuelto en la oscuridad, avanzaba lentamente, pero con pasos firmes y seguros una figura nocturna, cubierta de viejas y gruesas pieles que le llegaban a los tobillos y rozaban los arbustos y matorrales. El espeso bosque era apenas algo menos silencioso que las extensas llanuras del sur; aquí o allá, en algunos…
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