En este capítulo, se narra la caída del reino de Doriath. Todo comienza cuando Húrin, liberado por Morgoth, llega a Doriath con el Nauglamír, un collar de gran valor. Thingol, el rey de Doriath, decide incrustar en el collar uno de los Silmarils, lo que despierta la codicia de los enanos que trabajan en la tarea.
Los enanos matan a Thingol y roban el collar, pero son perseguidos y asesinados por los elfos de Doriath, recuperando así el Nauglamír. Sin embargo, la muerte de Thingol deja a Doriath vulnerable. Melian, la reina, abandona el reino, y la protección mágica que ella proporcionaba desaparece. Los enanos regresan con un ejército para vengar a sus compañeros y destruyen Doriath. Dior, el heredero de Thingol, intenta reconstruir el reino, pero finalmente es atacado y asesinado por los hijos de Fëanor, quienes buscan recuperar el Silmaril. Este capítulo es crucial porque muestra cómo la codicia y la traición llevan a la destrucción de uno de los reinos élficos más importantes de la Primera Edad.
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